jueves, septiembre 21, 2006

Revólver rojo

“Parece que perder
no es un arte difícil:
los muertos de verdad de uno
son víctimas amadas de los vivos.” Parece /
dijo “Perder”, dijo “un arte difícil” / parece entonces
que el caracol, la anémona, son víctimas
“amadas”, la mujer sentada en el borde
de la banqueta, este aire nocturno y helado / “víctimas”
de no sé qué situación, de qué carencia. Carezco
de mis muertos amados. / Hay esquirlas,
una sensación de pesadumbre. / Parece que los ojos
se vacían de uno o de simple ausencia /
y dices que es un “arte difícil” la trayectoria / el
vaivén de las hojas fue un cambio ya planteado
desde antes: los muertos, la secoya, la letra
de ese dolor en el costado. / No sé qué prefieras,
si el aturdimiento, o el fulgor
de las cosas que son alas / un descenso individual
en las extensiones del hielo, el amarillo
digno de una sola antena que sobresale
desde la ventana─
Tenuemente lo perdiste todo, dices,
el oro y el instante, el viento
en el boulevard. De qué sirve / “es difícil” /
“perder” / tan sólo equívocos.
Podemos hablar más de la luz del sol
que del lenguaje, pero el lenguaje
y la luz
se ayudan mutuamente… Hay un efecto
ante las pérdidas: el pensamiento sucumbe,
y quizá no importe / pero el pájaro emigra
a otra tierra de un cielo parecido
a este cielo. Todo podría ser igual: la pérdida,
el arte difícil de nombrar
y poco importa la garra de esa ave detenida
en el olmo / “amadas víctimas”, el nivel del agua
del estanque, una garza extraviada
en el lenguaje ajeno.
“Parece que perder no es un arte difícil.” / Toda
catástrofe es piedra─
Una avenida, un patio solar,
la mesa en la casa de tu madre para tomar el té,
el gorjeo herido del gorrión y las verduras, dice, son
“amadas víctimas” / el auto que asciende
es una mañana y arrayanes y olvido, dice, aunque
es difícil encontrar una frazada
frente a mi cuerpo repleto de anestesia. / “La luz
del sol”, “el lenguaje”; la luz del sol
en el acantilado y en mi espalda
podría ser otro cielo, una ”víctima amada”: sí
se desvanece el aliento y hay perdigones
en la pérdida, dice. Hay un símbolo en el muelle,
en ese pozo de caballos y de sombras. / Perder
significa un revólver rojo
en la respiración del hundimiento.

1 comentario:

Roberto Cruz Arzabal dijo...

Felicidades, León, cada vez me convenzo más del crecimiento y maduración de tu poesía. Por cierto, ¿recuerdas que te comenté algo sobre tu nueva revista cuando estuviste en la Ciudad de México?, me gustaría saber cómo puedo hacer para suscrbirme, es realmente buena y con un diseño elegante. El que sea sólo de poesía es también un punto a favor. Saludos.